Y el centro de mayores de Canencia se hizo escena.
La noche del 27 de marzo el teatro de Canencia se encontraba lleno hasta los topes. A las 20h01, todo el mundo en aquel edificio estaba pendiente del último trabajo de Sierrateotra, que celebra con un montaje teatral creado ad hoc cada año el Día Mundial del Teatro. En el salón de la entrada, unas mujeres muy simpáticas daban vasitos de café. Las puertas se abren. Se puede comer 😉
Gente de todas las edades, sentadas o de pie, bien pegaditas, un niño que estira el cuello, con espectación ante un telón rojo y un suelo negro de linóleo que serán el escenario de Alrededor de… Un enemigo del pueblo, creación colectiva, versión gestual 2014 del texto que el escritor noruego Henrik Ibsen publicó en 1882.
Un párrafo de la wikipedia, «las obras de Henrik Ibsen siempre tuvieron un trasfondo de crítica social, en ésta se expone el riesgo de que la democracia degenere en demagogia y sobre el precio que paga quien dice a viva voz eso que la mayoría niega. Una obra sobre el coste de airear la verdad cuando es odiosa».
Partituras de movimientos, pulsiones, direcciones, juegos del cuerpo, relaciones, cambiantes, manos hermosas, gesto escuchado, rodillas, espaldas, las olas respiradas. El trabajo gestual apenas pincelado de cuatro frases, sonidos o palabras está cosido por un coro fabuloso de nueve personas intervenido en diferentes momentos por cinco personas más que permanecen individualmente sentadas entre el público y cuyas acciones provocan muy diversas y significativas reacciones en la sala.
Como dice el programa del Centro Comarcal de Humanidades de la Cabrera (CCH), «en esta ocasión los integrantes del colectivo conciben el texto de Ibsen como punto de partida para, entre las 14 voces que giran a su alrededor, construir una metáfora de lo que ocurrió en el pasado, y lo que ocurre hoy en día: ¿Conocen, conocemos, saben, sabemos o no quieren, queremos, saber?».
Una pieza hecha en los intersticios de las vidas de sus integrantes durante el último mes y que ha resultado un éxito. Pasada la premura del estreno, disfrutando la primavera, viendo cómo el brote se convierte en flor, tocaría –si ellxs quisieran seguir mostrando la pieza– meter tijerita, retocar y potenciar el cuerpo, sin muecas mentales, el cuerpo en toda su honestidad, en toda su verdad, quizás, con la máscara neutra. No necesitan ni embellecer la escena con luces y sonidos externos. Nos dejarían patidifusas. Menudo coro. De verdad.
El público salió encantado de Canencia, con algo dentro que no se ve pero que queda. Un momento poético, cercano, con ritmo, con sonido propio, compartido con otra gente, durante hora y pico. Una pieza hecha por sus intérpretes con todo el amor hacia un lugar y la gente que lo habita. Esas cosas se sienten y entonces se ven. Aplausos. Hay gente que se pone de pie.
Y nos fuimos al bar La Violeta. Nos tomamos unas cervezas, bocadillos, y brindamos por el teatro. Las Thatcher, sólo faltaba la bajista Vitoriana Sedano, se retiraron a Braojos pronto 😉 Hasta aquí llega la reseña sui generis.
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Sierrateotra está integrado por artistas de varias compañías y grupos de teatro amateur de la sierra norte de Madrid, así como por la compañía Quemadagua de APAFAM, el centro de servicios y trabajo para personas con discapacidades en la sierra. La primera semana de noviembre puedes ver los trabajos de cada grupo en el encuentro anual de teatro del CCH.
Consejo de guía del ocio: Próxima y última representación de Alrededor de… Un enemigo del pueblo (Sierrateotra), sábado 29 de marzo de 2014, Auditorio del CCH de La Cabrera, 20h, entrada libre y gratuita. Quienes hemos estado hoy en Canencia, podemos ir a La Selecta, para ver La Esclusa de Michel Azama, monólogo interpretado por Ana Plaza de Nagual Teatro, a las 20h30, 4 euros de bono de apoyo.
Consejo de gafotas: Lee Un enemigo del pueblo y luego observa cuántas aguas contaminadas hay a tu alrededor. ¿Dónde te situas? ¿Te gusta?
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El Instituto Internacional del Teatro (ITI, por sus siglas en inglés) decidió en 1961 que el 27 de marzo se celebraría el Día Mundial del Teatro (de las artes escénicas, «performing arts», sería más preciso, pero el nombre en español no les debía de quedar tan cerrado a quienes lo tradujeran). Uno de los actos más representativos es la circulación del Mensaje Internacional, tradicionalmente escrito por «una personalidad de reconocido prestigio en el mundo del teatro».
Aquí abajo, pegamos el discurso de 2014, que esta vez lo ha escrito Brett Bailey, dramaturgo, productor, director, diseñador sudafricano, cuyo nombre hemos escuchado todas por primera vez hoy mismo en Canencia.
Ahora sabemos que hay un rubiales calvo con perilla, ojos azules y gafapastas, nacido en 1967, que estudió artes escénicas en Amsterdam y estudios postcoloniales en Ciudad del Cabo, que escribe y dirige «dramas iconoclastas que cuestionan el mundo postcolonial» con la compañía Third World Bunfight, en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, moviéndose entre África, Europa y Australia. Ya ves. Ya ves. Y nosotras en la Sierra Norte.
DISCUR$O
Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta.
Bajo los árboles de pequeñas aldeas y sobre sofisticados escenarios en grandes metrópolis; en salones de actos de colegios y en campos y en templos; en suburbios, en plazas públicas, en centros cívicos y en los subsuelos de las ciudades, la gente se reúne en comunión en torno a los efímeros mundos teatrales que creamos para expresar nuestra complejidad humana, nuestra diversidad, nuestra vulnerabilidad, en carne y hueso, aliento y voz.
Nos reunimos para llorar y para recordar; para reír y contemplar; para aprender, afirmar e imaginar. Para maravillarnos ante la destreza técnica, y para encarnar dioses. Para dejarnos sin respiración antes nuestra capacidad de belleza, compasión y monstruosidad. Vamos para llenarnos de energía y poder. Para celebrar la riqueza de nuestras diferentes culturas, y para hacer desaparecer las barreras que nos dividen.
Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta. Nacido de la comunidad, lleva puestas las máscaras y vestimentas de nuestras distintas tradiciones. Utiliza nuestras lenguas, ritmos y gestos, y abre un espacio entre nosotros.
Y nosotros, los artistas que trabajamos con este antiguo espíritu, nos sentimos impulsados a canalizarlo a través de nuestros corazones, nuestras ideas y nuestros cuerpos para revelar nuestras realidades en toda su cotidianeidad y su rutilante misterio.
Pero en esta época en la que tantos millones de personas luchan por sobrevivir, sufren bajo regímenes opresivos y el capitalismo depredador, huyen del conflicto y la scasez; en la que nuestra privacidad es invadida por servicios secretos y nuestras palabras censuradas por gobiernos intrusivos; en la que se aniquilan los bosques, se exterminan especies y se envenenan los océanos: ¿Qué nos sentimos impulsados a revelar?
En este mundo de poder desigual, en el que distintos órdenes hegemónicos intentan convencernos de que una nación, una raza, un género, una preferencia sexual, una religión, una ideología, un marco cultural es superior al resto, ¿se puede realmente defender la idea de que las artes deberían apartarse de las agendas sociales?
Nosotros, los artistas de escenarios y ágoras, ¿nos conformamos con las demandas asépticas del mercado, o utilizamos el poder que tenemos: para abrir un espacio en los corazones y las mentes de la sociedad, para reunir gente a nuestro alrededor, para inspirar, maravillar e informar, y para crear un mundo de esperanza y olaboración sincera?
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Traducción del inglés: Fernando Bercebal.
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